Experiencias Formativas

Ernst Saemisch crece en Günterstal, en las inmediaciones de la Selva Negra, donde desarrolla una estrecha relación con la naturaleza que lo acompaña toda su vida. Con el estallido de la Primera Guerra Mundial y el fallecimiento de su madre en 1917 decide continuar sus estudios en Suiza. En ese periodo, descubre las vanguardias artísticas de principios del siglo XX, en especial las obras de Braque y Gris, que lo impulsan a convertirse en pintor. Al retornar a Alemania, asiste a la reconocida Academia Estatal de Arte en Kassel, de la cual es expulsado por publicar en la prensa acérrimas críticas a su academicismo, pero encuentra en el Propedéutico de la revolucionaria escuela Bauhaus de Weimar el lugar afín a sus inquietudes creativas.

En esta sección se muestran las primeras obras de Saemisch, desde sus exploraciones artísticas en Suiza hasta su retorno a Alemania. Las piezas reflejan desolación, angustia y tristeza, perceptibles en la serie Muerte, inspiradas en la pérdida de su madre y desarrolladas en el contexto de la depresión posbélica alemana. Predominantemente figurativas, revelan ya una íntima coincidencia con los trazos del expresionismo, característicos de gran parte de su obra: pasión por los contrastes, rechazo a lo difuso y prioridad del sentimiento, del aliento metafísico y libertario, sobre la fría racionalidad.

En la Bauhaus reinaba verdad, determinación, claridad, simplicidad,
inclusión de lo individual en lo colectivo. Me impactó el espíritu de grupo
que podía darse en un núcleo que contaba con personalidades tan
fuertes como Klee, Gropius, Feininger. Sobre todo, la del primero, que
concebía el arte como confrontación con todo lo que integra la vida.

ERNST SAEMISCH