ALTERIDADES
Entre bella y trágica, la Malinche de Durham dialoga con los mitos creados en torno a la figura histórica y a su imagen contradictoria. Por un lado, sus prendas evidencian una mujer indígena colonizada, por el otro, el resto de la parafernalia muestra una sacerdotisa. Esclava poderosa, traidora venerada, madre asesina, la Malinche de Durham es un ser complejo que ensambla las dudas sobre el origen de un proceso de colonización continuo y los esfuerzos de las sociedades indígenas por subvertir los proyectos coloniales. Para el artista, la parte mítica de la Malinche como traductora y esclava de Cortés –ambos personajes del arte mural mexicano y representados en el Colegio de San Ildefonso por José Clemente Orozco en 1924– resulta importante para articular una pregunta, en sus palabras: “¿qué tipo de yo tenemos y qué tipo de otro es el otro?”.