UN CAUDURO ES UN CAUDURO, (ES UN CAUDURO)
En Resquicios vemos una muestra de las creaciones más íntimas del artista, muchas de las cuales están relacionadas con sus obsesiones. La familia, su primer esposa Carla, Liliana la madre de sus hijas Juliana y Elena, conforman el primer círculo en la vida del autor desde donde se desprenden otros temas sensibles: lugares privados, el cuerpo femenino, el autoconcepto, recuerdos amados, reflexiones sobre las limitaciones humanas y el gozo por vivir que culmina con el misterio de la muerte, constituyen los diálogos desdoblados en estas creaciones magistrales, una parte muy humana de Cauduro.
En El embarazo Cauduro plasma una de las fases más importantes de su vida: la paternidad. Esta pieza es un proceso de catarsis y una manera de explicarse a sí mismo lo que sucedía mientras su hija Juliana era gestada, mostrando sus miedos y angustias, pero también el milagro de la creación, valientes y heróicas desde niño, son una de sus obsesiones, como lo es, también, el paso del tiempo y la huella que imprimimos con nuestro deambular por el mundo.
A partir de su experiencia como padre, Cauduro se hace consciente de la vulnerabilidad inherente a todos los seres humanos. Sus reflexiones se centran en las discapacidades del hombre moderno, tan dependiente de los objetos que facilitan su cotidianeidad. Surge de ahí la serie Discapacidad, como una invitación a reflexionar sobre nuestras propias limitaciones.
El mito de Psique y Eros, tan antiguo como la humanidad, nos permite recrear el diálogo acerca de la experiencia humana y el amor. En esta pintura, Cauduro coloca a Psique entrando a oscuras al palacio, acompañada de Eros, representado como un niño en la versión romana del dios del amor.