Nació el 18 de abril de 1950 en la Ciudad de México, estudió arquitectura y diseño industrial en la Universidad Iberoamericana (1972). De manera autodidacta se enfocó al estudio, investigación y práctica de las artes plásticas, con un claro perfil innovador.
En un momento en el que el muralismo fue calificado de arte oficialista y ser abandonado por las nuevas generaciones, Cauduro lo ha ejercido libre de dogmatismos, para abordar temas actuales, priorizando su realidad y colocando la técnica pictórica como argumento principal en la elaboración de sus obras. Así destaca su afán de plasmar procesos y realidades sociales que rara vez han encontrado lugar entre las artes, aportando una visión que quedará como síntesis válida y lucida de quien ha vivido y repensado su momento histórico.
Desde caricaturas, dibujos, esculturas, giclées, vidrios, hasta enormes murales son parte de su obra, destacándose siempre en la innovación en el uso de técnicas y materiales. Su primera exposición individual se realizó en la Casa del Lago en 1976. Logró su primera exposición individual en el Museo Nacional del Palacio de Bellas Artes en 1984. Realizó un mural en el pabellón mexicano en la “Expo 86” de Vancouver, Canadá; en 1988 contribuyó con la portada del libro de texto gratuito de la Secretaria de Educación Pública en México. En 1990 realizó los murales “Escenarios Subterráneos, Metro París y Underground London” en la estación Insurgentes del metro de la CDMX. Realizó en 1997 la escenografía para el ballet de Arizona “Día de Muertos” en Phoenix, Arizona. Expuso en 1991 en el Museo de Arte Moderno. En 1995 volvió a la Sala Nacional del Museo del Palacio de Bellas Artes. Expuso en Caracas, Venezuela en 1998. En 1999 realizó la escenografía y vestuario para la ópera “Salomé” en el Palacio Nacional de Bellas Artes. En el 2000 obtuvo la residencia en Pilchuck Glass School, en Oregón, y una segunda residencia en Bullseye Glass Gallery, exhibiendo su obra en vidrio “Metamorfosis” en The Bullseye Connection Gallery en Portland, Oregon en 2002.
En 2008 fue invitado a realizar los murales en la Suprema Corte de Justicia que llamó “Siete crímenes mayores”, creación valiente y crítica contra la corrupción y la injustica. En 2014 realizó el mural “El condominio” en el Edificio Cauduro; y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad del Estado de México. En 2016 se le homenajeo en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca. En 2017 expuso en Casa Lamm y en 2019 su obra fue seleccionada para aparecer en los billetes conmemorativos de la Lotería Nacional y en 2020 ha sido seleccionado para recibir la Medalla al Mérito en las Artes del Congreso de la Ciudad de México.
Además, ha participado en múltiples exposiciones colectivas, como en la Galería Detursa de Madrid en 1992; el Provincial Museum Voor Moderne Kunst en Bélgica en 1993; el Museo Internacional de Beijing en China en 2003; entre muchas otras.
Se trata de una obra en la que se refleja una permanente voluntad por reinterpretar el espacio arquitectónico y la valoración del objeto manufacturado en el siglo XX, como elementos esenciales en la colaboración de una personal narratividad visual en torno a la muerte, la mujer, el tiempo o la iconografía cristiana.”
Rafael Tovar y de Teresa
Como un homenaje tras cinco décadas de trabajo, el Colegio de San Ildefonso dedica esta exposición retrospectiva a uno de los artistas mexicanos más destacados de los últimos años.
Rafael Alejandro Cauduro Alcántara comenzó su carrera como artista en los años 70. Distinto a todo lo que acontecía en la época, Cauduro nunca estudió arte en la academia, sino que desarrolló un camino en solitario, muy propio de su carácter reservado e introspectivo. Tras comenzar a vender con éxito sus caricaturas y primeros dibujos al pastel, decidió dedicarse de lleno al arte y abandonar la carrera de diseño industrial que le había sido impuesta. De esta manera comenzó un viaje que combinó un extraordinario talento con el trabajo arduo, factores que lo llevaron a crear un sello propio y una carrera fructífera.
El título de la exposición se inspira en el aforismo más famoso de Gertrude Stein, la célebre poeta modernista, quien escribió que una rosa es una rosa es una rosa. Tal como la frase de Stein, las creaciones de Rafael Cauduro no dejan lugar a la duda; al ver estas obras de arte expansivas, es evidente que un Cauduro es un Cauduro, (es un Cauduro).