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La sala
que abre la exposición presenta una cuidadosa
selección de libros y objetos que nos remiten
a los orígenes de la institución universitaria.
Por ejemplo, el acta fundacional de la Real Universidad,
que data de 1551, actualmente en custodia del Archivo
General de la Nación; los manuscritos más
antiguos que conserva la Biblioteca Nacional; algunos
de los primeros impresos mexicanos asociados con la
vida universitaria, así como un manuscrito procedente
de la Universidad de Salamanca.
La Universidad es una institución de origen europeo
y medieval. Nació como un movimiento gremial
de escolares que se asociaron para obtener derechos
y organizar mejor la enseñanza de ciertos conocimientos.
Hubo dos grandes modelos: el parisino, donde se agremiaron
los profesores, y el italiano, que consistía
en asociaciones de estudiantes.
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En
la sala que continúa se recrea el estudio-biblioteca
de un catedrático de la Real Universidad de México
durante el virreinato. Estos espacios dedicados a la investigación
también reunían objetos relacionados con
el coleccionismo y la curiosidad científica. Las
piezas prehispánicas, los carapachos de tortuga,
los papeles sueltos y los libros, conforman un auténtico
gabinete privado, un pequeño museo alimentado con
cosas útiles para la labor docente que, con el
tiempo, pasarían a ser patrimonio universitario
y nacional. |
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Otra de las salas evoca los gabinetes
de Mineralogía y Paleontología. Repletos
de objetos dispuestos de manera ordenada, los gabinetes
de antaño daban cuenta del progreso alcanzado
hasta entonces. Con frecuencia un telón a
modo de puerta daba acceso a originales vitrinas
de madera cuyos ejemplares se clasificaban y exhibían
según las teorías del momento. |
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El propósito de la recreación
de la siguiente sala es simular la atmósfera
y el encanto de los populares gabinetes de Historia
Natural de otras épocas. Para mostrar uno
de estos gabinetes, se rescataron antiguos armarios
verticales y vitrinas empleados en anteriores depósitos;
auténticos insectarios;
delicadas medusas en vidrio; modelos de frutas en
cera y yeso, así como documentos y dibujos
de expediciones botánicas. La disposición
de piezas repetía viejas prácticas
y creencias, como la de colocar una piel de cocodrilo
en lo alto o en el techo. Esta costumbre medieval
se sustentaba en la idea de que el lagarto era un
monstruo que lograba ahuyentar al mismísimo
demonio. |
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El monumental espacio que albergó
la capilla del Colegio jesuita de San Ildefonso
se ha transformado para la exposición en
una galería de pintura de la antigua Academia
de San Carlos. A lo largo de esta sala se recrean
los muros literalmente "tapizados" con
óleos que colgaban en la parte más
alta, ligeramente inclinados para una supuesta mejor
contemplación del visitante. Las obras de
formato más reducido no necesariamente eran
colocadas en la sección inferior; tampoco
se agregaban cédulas de identificación
al lado de cada pieza, como se hace en la actualidad.
Además de una selección de obras pictóricas,
se exhiben esculturas, medallas, grabados, troqueles,
improntas y dibujos cuya disposición museográfica
se inspiró en la que conservó la Academia
en los siglos XVIII y XIX.
La última sala de la planta baja aborda la
época en la que el conocimiento, en cuanto
a extensión y límites, era muy importante
para descubrir y poblar el territorio de la Nueva
España. Aquí las colecciones cartográficas
son las protagonistas. |
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Más adelante, la enseñanza
universitaria de la ciencia médica está
representada con varias publicaciones que dan cuenta
de las aportaciones en este campo. Se exhibe una
colección de modelos en cera, estudios anatómicos
e instrumentos médicos y se recrea la Farmacia
Esesarte, establecida en la ciudad de Oaxaca
hacia la segunda mitad del siglo XIX. |
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En la última sala se aborda
el proceso de transformación de la educación,
que dio lugar a la fundación de las Escuelas
Nacionales. Para el presidente Juárez y sus
colaboradores el medio para lograr la paz y alcanzar
el progreso era la educación. En 1867 se
inicia el proyecto positivista, que, identificado
con las ideas de Augusto Comte, puso en práctica
Gabino Barreda, con el fin de establecer una educación
que sirviera de base social al nuevo orden. |
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En esta etapa, San Ildefonso
fue sede de la Escuela Nacional Preparatoria y eje del
programa reformista. El 22 de septiembre de 1910, en el
Anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria (hoy Colegio
de San Ildefonso), tuvo lugar la inauguración de
la Universidad. En esa solemne ceremonia, Justo Sierra
señaló la diferencia fundamental entre la
institución colonial y la de reciente creación:
Los fundadores de la Universidad
de antaño decían: "la verdad está
definida, enseñadla"; nosotros decimos
a los universitarios de hoy: "la verdad se va
definiendo, buscadla".
La proyección de un video, que
aborda la Universidad del siglo XX, y un espacio lúdico
concluyen la exposición.
La muestra se acompaña también de un catálogo
que incluye veinte ensayos de destacados universitarios
y, como es tradición en San Ildefonso, se ha
organizado un nutrido programa de actividades
pedagógicas.
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