En este lugar tenían un templo dedicado a la Madre de los Dioses, que la llamaban Tonantzin, que quiere decir "nuestra madre". Allí hacían muchos sacrificios a honra de esta diosa, y venían a ellos de más de veinte leguas de todas estas comarcas de México y traían muchas ofrendas. Venían hombres y mujeres y mozos y mozas a estas tierras. Era grande concurso de gente en estos días, y todos decían: "Vamos a la fiesta de Tonantzin" y ahora que está allí edificada la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, también la llaman Tonantzin, tomada ocasión de los predicadores, que a Nuestra Señora la Madre de Dios la llaman Tonantzin.
De dónde haya nacido esta fundación de esta Tonantzin no se sabe de cierto, pero esto sabemos cierto que el vocablo significa de su primera imposición a aquella Tonantzin antigua, y es cosa que se debería remediar porque el propio nombre de la Madre de Dios Santa María no es Tonantzin, sino Dios Y nantzin.
Parece ésta invención satánica, para paliar la idolatría bajo equivocación de este nombre Tonantzin y vienen ahora a visitar esta Tonantzin de muy lejos, tan lejos como de antes, la cual devoción también es sospechosa, porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora y no van a ellas, y vienen de lejas tierras a esta Tonantzin como antiguamente.
Sexto presagio funesto: muchas veces se oía: una mujer lloraba; iba gritando por la noche; andaba dando grandes gritos:
—¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos! Y a veces decía:
—Hijitos míos, ¿a dónde os llevaré?
Roja y sonrosada niebla se extiende sobre tu casa. ¡Oh Santa María!
Aves azules y multiformes pájaros trinan: por ellos eres invocada, ¡oh Santa María!
Ya baja San Gabriel, ya viene en busca.
Por él eres invocada ¡Oh Santa María!
“Ave María”
Y también nosotros dese aquí con amor te alabamos,
¡oh Reina, oh soberana!
“Ave María”
[...]
Floridos cantos bellos los ángeles entonan:
Ante Tí nos postramos los hombres todos, ¡oh único ios!
Como variadas esmeraldas arrojadas en siembra,
esparcidas están tus criaturas,
Tú hermosamente las derramas:
¡jamás dejarán de florecer!
Códice florentino, s. XVI
Códice Teotenantzin. Chalchiuhtlicue y Tonantzin o Chicomecoatl. Siglo XVIII. (INAH_BNAH)
Coatlicue y Huitzilopochtli, Códice florentino. (BMLF)
Códice florentino, s. XVI
Ciuacoatl. Códice florentino s. XVI
Códice florentino, “Los presagios”, s. XVI
Anunciación de María. Canto para mujeres, 1550
Catecismo Testeriano. Siglo XVI. (BnF)
Catecismo Testeriano. Siglo XVI. (BnF)