Distinguido en el ámbito del arte contemporáneo por la fascinante verosimilitud y el deslumbrante realismo que caracterizan sus obras, Ron Mueck explora la representación figurativa como un recurso con el que, reduciendo o aumentando la escala de sus modelos según lo requiera el tema, logra imprimir vida a sus creaciones.
RON MUECK / HIPERREALISMO DE ALTO IMPACTO presenta esculturas elaboradas en técnica mixta con materiales como silicón, fibra de vidrio y acrílico que el artista realizó del 2000 al 2009. Mueck explota su dominio de la anatomía y su talento para detonar, ante estos seres inmutables, exclamaciones así como reflexiones sobre el límite entre la realidad y el artificio, entre lo revelado y lo oculto, el vínculo palpable que une presencia y ausencia.
Con sus obras de proporciones poco convencionales, busca recrear la magnitud de las emociones con relación al cuerpo, resaltando los más minuciosos detalles, desde la pigmentación de la piel, la más sutil de las arrugar, los vellos y las expresiones faciales, que sin dificultad crean de inmediato un vínculo con una “realidad”.
Cuando Ron Mueck visitó San Ildefonso, a principios de 2011, analizó las salas de exhibición para desarrollar la museografía y mostrar al espectador una posición ventajosa que permita estudiar las expresiones y analizar cada detalle del lenguaje corporal de sus obras: acabados estremecedores, meticuloso en el menor detalle.
El artista se pregunta si una escultura moderna, en el entorno mundano de una galería, puede entender un tema como la muerte, que ha sido tradicionalmente abordado por el arte sacro y religioso. Plantea esta incógnita en una de sus más recientes esculturas, A la deriva, 2009; donde un hombre, un poco bronceado, sobre un inflable flota en medio de un fondo azul. Colocada en la pared, por Mueck, nos remonta a los crucifijos del siglo XVII, que cuelgan en lo alto de las iglesias. Aquí nos ofrece una variación contemporánea: una crucifixión que parece salir del mundo material del siglo XXI.
Exposición producida originalmente por el Museo
de Arte Contemporáneo (MARCO), de Monterrey. |
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